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La incorporaci n de los atributos culturales asociados
La incorporación de los atributos culturales asociados orexin agonist la población indígena en las instituciones religiosas, entre ellos el idioma, fue de vital importancia en el desarrollo, especialmente dinámico a partir de los años cincuenta del siglo xx en distintas instituciones de inspiración evangélica del Ecuador. La publicación de la Biblia en kichwa en 1973 ayudó a que este idioma, anteriormente percibido como marcador de exclusión, se convirtiera en un símbolo positivo, fue incorporado, junto con otros elementos, en las actividades de las iglesias. En el caso específico de Otavalo, las últimas décadas han constituido un periodo de gran proliferación de las iglesias evangélicas. Una de las principales claves para su exitosa implantación es su apertura a las congregaciones indígenas, al establecer sus iglesias en territorios de mayoría kichwa y al entrenar a los pastores procedentes de estas mismas comunidades. La observación participante mostró que, a pesar de esta insistencia en la centralidad del uso del kichwa, en las actividades de la iglesia de Villanueva predomina el español. Esta ambigua relación entre la práctica y los testimonios de algunos informantes está estrechamente ligada con la diversidad lingüística interna. Los kichwa-hablantes enfatizan la necesidad de preservar su lengua. No obstante, este discurso coexiste con las narrativas que muestran una mayor identificación con el español por parte de los otavaleños monolingües en este idioma. En su caso, a pesar de no hablar kichwa, la mayoría sí es capaz de entenderlo. Entre los otavaleños de Villanueva la percepción de la necesidad de preservar o, más bien, de recuperar el kichwa se entremezcla con un trato instrumental de las capacidades lingüísticas. La fractura entre los bilingües kichwa-hablantes y las personas que manejan sólo el español es más visible en un nivel intergeneracional. Dentro de las preocupaciones sobre la incipiente “segunda generación” predomina la visión de dar prioridad al aprendizaje de otros idiomas por encima del kichwa por razones prácticas. En este sentido las explicaciones ofrecidas reflejan la visión de la generación de los padres de los migrantes kichwa monolingües en español, tal como demuestra la siguiente cita: En sus posturas acerca del peinado de igual manera nos encontramos con una diversidad de visiones, aunque en la práctica cotidiana todos los hombres adultos, sin excepción, llevan el cabello largo o medio largo. Casi la totalidad lo recoge en una coleta y raramente en forma de trenza. La vestimenta asociada al origen es uno de los marcadores de diferencia al que, en la vida cotidiana, menor importancia se le atribuye. Es casi inexistente entre los hombres, aunque se dieron casos de su importación desde Ecuador para las celebraciones especiales, como las bodas. En las mujeres, aunque algunas utilizan el traje de origen de forma habitual, éste queda relegado a Breakage and reunion las festividades en la mayoría de los casos. Su uso en celebraciones como bautismos, bodas, cumpleaños y fiestas religiosas demuestra el significado simbólico que se le da. En el culto de la Iglesia kichwa, celebrado semanalmente los martes, casi todas las mujeres van ataviadas con el vestido asociado a su origen. No obstante muchos de los relatos recogidos indican posturas flexibles acerca de su uso. Éste puede servir o no como un marcador étnico al depender de las circunstancias, tal como lo atestigua la siguiente cita: En definitiva, no existe una homogeneidad en cuanto al significado específico atribuido a los marcadores de la diferencia nombrados por los informantes. A pesar de que estos aspectos de la dimensión étnica adquieren cierta densidad, al canalizar el mantenimiento del cabello largo o medio largo por parte de los varones o el uso simbólico de la vestimenta femenina en ocasiones especiales, las posturas predominantes muestran indicios de una pérdida de relevancia en la vida cotidiana y la conciencia de los cambios que les afectan.